hacía mas de un año desde que dejé de poner entradas en este blog. No es que haya dejado de viajar realmente, sino que había querido esperar el momento en que realmente sintiera otra vez el travel bug que me habia picado antes.
Casi lo ha hecho, pero con otro tono.
pase los últimos tres meses en La Serena, una ciudad pequeña cuya vida gira completamente en torno al verano. Mi razón de visita: re-introducirme al muy olvidado -como se lee en las entradas antiguas de este blog- mundo de la investigación. aunque un poco lejos de mis verdaderas pasiones (aves, murcis, semillas... ) me reintroduci...
y como regalo adicional (gracias a los conflictos de la educación en chile) mi pasantía de investigacion originalmente planeada para junio... se movio hasta noviembre... cuando el desierto florido empieza a desaparecer y los argentinos a multiplicarse: la llegada del verano.
Pero este cuento no es de la estadía, sino de la extraña forma de despedirla...
Mi ultimo día... corriendo para hacer todo (entre alegre y triste... pero con poco tiempo para siquiera pensarlo) me puse a limpiar la casa donde habia compartido retumbantes risas con Mara, la Colombiana de risa contagiosa con la que compartí departamento (si puede llamarse asi) este tiempo. En esos afanes que concientemente sé se derivan de mi dominate gen Centellas (pueden imaginal las incontables veces que mi mama se ha caido o ha roto algo por hacer todo a la rápida, aprovechando el don de hacer dos tareas domésticas... una con cada mano, al mismo tiempo)... en esos afanes, sali por lo que me repito para convencerme: un segundo, a dejar un trapeador mientras todavia goteaba luego de una ducha... vistiendo solo una toalla. Era solo lógico que el viento Serenense encontrara la forma mas simple de jugarme una broma, y antes de que la primera gota de agua caiga de mi pelo a la cocina, escuché la puerta de mi habitación cerrarse. Llaves, celular... ropa... todo adentro. y yo, en el pasillo que da al jardin. Vistiendo una toalla.
Las siguientes horas, me reí, renegué, planifique... diseñé y ejecuté planes para abrir la puerta, y en cada uno fracasé. Medí la posibilidad de saltar la pared con mi toalla... pero no es necesario mencionar que habria sido la táctica menos glamorosa... particularmente en La Serena, donde los jardines son delanteros, la gente camina tranquila y en lugar de paredes, son rejas las que separan las casas de la calle.
Luego de la primera mirada aterrada de un transeunte... abandone el plan de saltar la pared y decidi hacer algo que podía. Dormir... tres horas despues llegaría Mara para reirse conmigo sobre el tema.. pero esa solo fue la primera azotadita de mi salida de Chile...
Al dia siguiente y puntual, Ernesto me llevo al AP. Tome el vuelo sin contratiempos... de La Serena hacia el sur... a santiago. Sentada sobre una niña de menos de un año que tenia que romper cada hoja de la revista que luchaba por leer, baje en Santiago y espere un rato. Luego tomé otro avion de Santiago a iquique... que parecio eterno. Al bajar... y como nunca, la azafata dice: pasajeros con destino a la Paz pueden dejar su equipaje de mano en el avion. Dejé solo las chamarras.
Baje y al llegar a migración, el muchacho que toma mis papeles me dice: ha excedido su permiso de 90 días... hoy es el día 91. Y yo... atónita, le digo... vine a una pasantia, bla bla bla... y elaboro muy bien mi historia. El muchacho responde, con una paz interior única: voy a darle una respuesta muy fria: ese no es mi problema. Yo no puedo dejarla pasar sin que haga un trámite en iquique y pague una multa... y yo: puedo pagarla aqui?.. y el muchacho: no, solo en el centro de iquique y tendra que ser mañana por que ya esta cerrado...
En eso los dulces asistentes de LAN se acercan con el temido 'me acompaña por aqui por favor' listo... la humillante caminata en contra de la línea... con todos los otros pasajeros murmurando.
Los pasos siguientes fueron uno peor que el otro... perdi el vuelo o no lo perdi? y mi equipaje? y mi equipaje de mano? y ahora?... tengo que quedarme en serio?... hay ALGUIEN aqui que sepa que tengo que hacer exactamente???
Nadie sabia nada, y mientras la gente abordaba... el caos imperaba en los tres encargados de LAN chile en iquique. A mi lado una señora de lo mas serena, una niña de 10 años llorando y su hermanita de 9 riendo con grandes dientes me miraban. y me preguntan que paso. La señora Yolanda viajo a chile con su hija, y sus dos nietas... al regresar, la hija decidio quedarse a veranear unos dias mas en viña y movio su vuelo. La abuela tenia la tarea de llevar a las niñas a salvo a Cochabamba, sin dinero, ni celular ni nada, la señora emprendio el camino con las niñas. En iquique, la detuvieron pues el permiso de viaje de las niñas decia con 'la madre y la abuela', no solo 'con la abuela'. Luego de llamadas y mensajes de internet... los papeles llegarian mañana. Y habia que quedarse en iquique.
mientras una azafata con mala cara me llamo para entrar al avion a sacar mi equipaje de mano 'dejado' (y con él la nueva mirada atónita de los pasajeros que seguramente conjeturaban las razones de mi éstadia'), ella llamaba y llamaba. Al regresar, y habiendo aprendido de la gran experiencia de doña Yolanda, pedi me prestaran el telefono. No entraba el celular de la gente de La Serena... Ernesto (quien habia comprado el pasaje con 91 días) no contestaba el celular, decidi llamar a Bolivia. A Mauro, quien apenas entre sonidos que casi olvido (voceadores de minibus y bocinazos... estaba en el centro de La Paz) escuchaba...
Luego de casi tres horas de buscar nuestro equipaje, LAN no podia decir si llego a la paz o si lo habian re-enviado... nos dejaron pasar detras de una ventana de vidrio a ver el equipaje del vuelo La Paz-Iquique de las 6:30... y en un momento de distracción, la señora Yolanda se metio a la zona prohibida.. yo desde atrás, esperé a ver que pasaba. la azafata hablo un rato con ella, y luego me dijo que entre. Vimos por 20 minutos todas las maletas, las nuestras no estaban ahi. ni mi mochila ni las 4 maletas con que ella viajaba. Entonces cai en cuenta que estaba vestida con la ropa mas abrigada que tenia (llegaba a la paz), en mi pesada mochila de mano tenia fotocopias, cuadernos, un libro, la laptop, la camara, el celular, y un estuche con lo escencial: cepillo de dientes, pasta dental, una cremita pequeña. nada mas. Ni por intento algo de ropa... nada... absolutamente NADA...
Con una sonrisa y su acento cochabambino muy marcado, la señora Yolanda me dice: o vamos a comer algo... que vamos a hacer aqui, comeremos... su nieta menor me pregunta... cómo te llamas, y yo le digo: Flavia, y ella: Yo tambien!... Flavia Camila, pero todos me dicen cami. Si hermana mayor, con notables señales de haber llorado, estaba amargada por que cómo podia quedarse sin ropa limpia.. hasta que la abuela le dijo que tendrian que comprar algo (el gusto de los Malls chilenos) fue que sonrió.
Comimos en el Aeropuerto, sandwiches, Pepsis... (:P) y aprovechamos al máximo el wifi para avisar que no llegaríamos. llegaríamos el viernes en la tarde: eso es hoy, y aunque no lo haya dicho antes... es de noche, y sigo en Iquique.
Llegue al centro con el taxi ue LAN nos puso, me despedi de las chicas y de su abuela con una sonrisa y un: nos vemos el viernes!. Llegue a la casa de Nico y Andrea... una pareja que luego de 10 minutos de recibir un mensaje mio me dijeron que vaya a su casa. Desde aqui escribor (Nico esta en este instante a mi lado, inmerso en el mundo de sus paginas web...). Al dia siguiente, jueves me alisto y salgo a la oficina de 'extranjeria' que me dijeron. Llego a las 9 (cuando abren) y un chico me dice que tengo que ir al otro lado de iquique... a ciegas (no conozco la ciudad) llego a esa nueva oficina... para que otro chico me diga que tengo otra vez que cruzar la ciudad... no es ahi donde se solucionan esos problemas. Una vez mas, salgo a buscar transporte para llegar alli. Y llego (por fin) a la oficina correcta. Con una cara fria y una mirada en su computadora, la muchacha que me atendió me dice que un día o 10 años es lo mismo. Para la ley chilena, soy residente ilegal.
La unica forma es firmar una auto-denuncia de que incumpli el código penal chileno y pagar la multa. Poco me importa la multa, sino el antecendente... En ese momento la firme. Por la tarde, le conte todo a Ernesto, y a los 10 minutos habia conseguiro el número del consul. Lo llamé y me dijo. en 20 minutos veamonos en el consulado. Con esperanza, camine rapidamente hasta alla. Ahi, el consul, con evidente acento beniano escuchó atento y luego me dijo que espere mientras hacia unas llamadas... por 20 minutos lo escuché hablar en su oficina, finalmente, salio y me dijo (literalmente): te cuento que no hay nadie, todos estan de viaje... es carnaval pues.
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